De carteras y pañuelos...

Esta semana estará marcada por el lujo y la exclusividad. Ustedes saben que tendenciera es un espacio en que convive lo clásico y lo nuevo, las propuestas más trendies y el sutil encanto de lo perdurable, las oportunidades on sale y lo inalcanzable... El hecho de compartir con ustedes aquellas cosas que me motivan y seducen no significa que yo tenga acceso a todas ellas o que sugiera que debamos tenerlas. Con los años he aprendido a gozar de la belleza aunque no me pertenezca, y en la contemplación de objetos y diseños exquisitos he descubierto que la felicidad no pasa por su posesión, sino simplemente por dejarse cautivar por lo que ellos nos inspiran.

Por eso hoy les propongo disfrutar de unos objetos que sé que a muchos de ustedes les encantan... Las carteras de lujo! Y cuando digo carteras y lujo, la asociación inmediata es... Hermès, por supuesto. Ustedes ya conocen lo que pienso de esta casa francesa y de sus productos. Lo he expresado en varias ocasiones aquí mismo:

http://tendenciera.blogspot.com/2009/08/ese-oscuro-objeto-de-deseo.htmlhttp://tendenciera.blogspot.com/2009/08/pequenos-tesoros.htmlPerohttp://tendenciera.blogspot.com/2009/08/pequenos-tesoros.html

Pero siempre se puede decir algo más, siempre surgen nuevas maravillas para ser contempladas y como no soy egoísta, quiero compartirlas con ustedes... He aquí, dos modelos de Birkin que me hicieron soñar:

Photo Press
Photo Press

Como podrán ver, son dos joyas de la casa que en sí mismas expresan el concepto Hermès: simpleza y calidad. En ambos casos los detalles son absolutamente perfectos y corroboran la pureza del objeto. Nunca lograrán imitar esas terminaciones a mano ni ese tratamiento tan particular del cuero, se los aseguro. En el caso del modelo en croco, qué decir? Además de exquisito, inalcanzable hasta en nuestras fantasías, ja!!!

Como si se tratara de una hermana menor, otra joya de la casa que me fascina es Kelly, el bolso que hiciera famoso la princesa Grace allá por los años '50. Se trata de una joya perfecta, con aires de distinción y clasicismo que logran atrapar a varias generaciones. En mi círculo más cercano hay una Kelly preciosa que hace las delicias de todas nosotras... No es mía, obviamente... ¿Se las muestro?

Y bien, no les parece que aunque no seamos poseedores de tanta belleza, bien vale la pena contemplarla? Soy una convencida de la necesidad de entregarnos al placer sin el deseo de tener. Creo que todos podemos vivir felices con nuestros pequeños tesoros, dándonos gustitos merecidos al comprar algo largamente esperado, siempre dentro de nuestras posibilidades. Y si hay objetos fuera de nuestro alcance, ello no implica vivirlo como una carencia, sino entender que aunque no nos pertenezcan, están en este mundo y podemos disfrutar al verlos.

La boutique de Hermès está abierta a quien quiera visitarla. Todos sus empleados se esmeran en el trato y la cordialidad -ya sea a través de la calidez de Luciana, la amabilidad natural de Ana o la sencillez de Paula, la Directrice- ellos nos atenderán con la misma dedicación que si se tratara de un cliente de la casa. No se priven de ese mimo, vivan la experiencia al menos una vez y saldrán reconfortados, se los aseguro.

Mañana les acercaré la segunda parte de este post ya que de los pañuelos no hablé una palabra, pero prefiero mantener el suspenso porque lo que se viene es muy interesante y merece una publicación aparte... Les dejo la intriga y me despido con un beso:>